En algún lugar del Caribe

Por allá por donde el sol pega duro y la salsa se baila pegaíto hubo una vez grandes poetas, grandes historias y grandes lugares.

Por allá por donde la montaña nos abraza y se toma guayoyo por las tardes hubo no una, sino varias veces, la llegada de montones de buques que venían del otro lado del mundo, a explorar las maravillas del Caribe.

Por allá, por donde el agua es cristalina, hubo alguna vez riqueza, hubo negocios con nombres en portugués, en italiano, hubo grandes risas acompañadas con camisas de manga corta.

Ese mismo lugar que se ejemplificaba en todos los lugares del mundo: “seamos como el Metro de Caracas” decían los anuncios en París, y pongo ese ejemplo para dejar de repetir del de las mujeres más bellas del mundo.

Por allá, por la cuna del petróleo y del oro, del amazonas y del café, de la arepa y de los panas, de los poetas y las mujeres bellas, se construyó un país de oportunidades.

Hoy te recuerdo, Venezuela, así, con nostalgia, aunque nunca te viví en democracia, ni en antaño.

Pero sí que te he vivido con sonrisas y con música a todo volumen.

Sí que te he vivido a todo lo que mis pulmones pueden dar.

Hoy te recuerdo así, como nunca te he vivido, para que me quede más claro cómo quiero vivirte cuando regrese.

Hoy te recuerdo así, como nunca te he vivido, para que mis abuelos y mis papás tengan el chance de verte revivir.

Y te recuerdo así para recordarme que no hay dictadura ni censura que pueda quitarme esos recuerdos construidos a partir de historias de aquellos que sí te vivieron...

Y te vivirán, y te viviremos.