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La última carta con tu nombre

  • Foto del escritor: Mariana Orta
    Mariana Orta
  • 24 mar 2022
  • 2 Min. de lectura

Marzo 24 - 2;23 am - 2022


Me he estado absteniendo de escribirte,
porque esta será mi última carta con remitente a ti.
Me he estado absteniendo de escribirte,
porque cuando lo haga será definitivo.
Te he superado.
Te he superado porque cada vez te pienso menos en presente y más en pasado.
Te he superado porque, aunque a veces me pregunto qué será de tu vida, sé que encontraré a alguien mejor que tú.
Te he superado porque en las noches ya tu nombre no resuena dentro de mí.
Te he superado porque pueden pasar días sin nombrarte.
Y aunque puede que haya una pequeña parte de mí que aún se cuestiona esos últimos días y busca desesperadamente un porqué, una respuesta, hay otra muy grande que busca nuevas oportunidades y nuevas experiencias, nuevas sensaciones.
Te he superado -quizás- porque aunque me da un terror inimaginable sentir fuerte y profundo otra vez, estoy dispuesta a hacerlo.
Te he superado porque ya me imagino una vida en la que tú no figuras.
Te he superado porque ya no quisiera estar contigo.
Te he superado desde el momento en el que me di cuenta de que realmente nunca me leíste, ni te preocupaste por escarbar dentro de mi corazón.
Te he superado desde el momento en el que, un día, el sol salió y vi todo claro, y entonces las formas de los árboles tomaron sentido, y el color amarillo de los girasoles pareció tan saturado que llevé unas a casa.
Te he superado desde que escucho nuestras canciones sin inmutarme.
Te he superado porque te doy las gracias por haberme roto el corazón,
por haberme dejado aprender a respirar a través de las lágrimas,
por haberme enseñado a buscar la superficie desde metros de profundidad,
por haberme enseñado a amar real y bonito, aunque no haya terminado real, ni bonito,
por haberme hecho más fuerte de lo que ya era,
aún más segura,
aún más temeraria,
aún más cuidadosa.
Te he superado porque ya puedo escribir.
Te he superado porque ahora te escribo una despedida.
Te he superado porque ya no me dueles,
y porque poco a poco mis días han tenido más color,
y mi corazón, cicatrices menos visibles.
Te he superado porque ya no me importa que nunca leyeras mis cartas que llevaban tu nombre de título.
Te he superado porque estoy lista para decirte adiós.
Adiós para siempre.
Te he superado porque, aunque quizás aún no te haya superado por completo,
ya te superé.

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